ANA MARÍA HERNÁNDEZ G
El investigador y arpista presentó la tercera edición de “El arpa en Venezuela”.
El arpista venezolano Fernando Guerrero acaba de presentar la tercera edición de su libro El arpa en Venezuela, por el Fondo Editorial Fundarte; un acucioso estudio sobre el instrumento base de la música llanera del país.
Guerrero habla sobre las mejoras incluidas en esta oportunidad, y que enriquecen la pasada edición publicada en 2008: la precisión sobre el joropo, la inclusión de un merecido homenaje a Hugo Blanco y las arpas Lever.
“Lo del joropo es un tema recurrente, que no se le encuentra fondo, y lo folclórico tiene más que ver”, explica Guerrero, y señala que cita a Ángel Rosenblat quien especificó el primer uso documentado de la palabra “joropo” en 1815.
“Por supuesto que se usaba antes de esa fecha, pero el documento es un proceso judicial en el que se menciona que había habido un baile de joropo; y de allí surge lo que trato de determinar”, agrega.
De hecho Guerrero detalla que hay una especie de confusión, porque “todo el mundo piensa que ‘joropo’, ‘corrido’, ‘pasaje’ y ‘golpe’ es lo mismo, y no es así. Es completamente diferente. Y otra cosa que agrego en esta edición es que los colombianos no hicieron uso del arpa en el joropo, entre 1860 y 1962, según lo documentan ellos mismos, a pesar de que ellos tienen el festival anual de joropo más importante, en Villavicencio. Allá se perdió el arpa durante más de 100 años, mientras que en Venezuela siempre se utilizó”.
Homenaje a Hugo Blanco
El investigador comenta sobre la inclusión de un artículo en homenaje a Hugo Blanco.
“Es justo y necesario, porque Hugo Blanco era un genio, sin la menor duda, y nadie reconoció eso bien. Es un texto que me publicaron en la web de El Universal y allí está”.
Algo adicional, agrega el arpista, es la mejora en la ejecución del instrumento, un avance, y es la utilización de las arpas de Lever, que permiten tocar y cambiar las tonalidades, con lo cual se pueden hacer los semitonos necesarios y que las arpas diatónicas llaneras no pueden hacer.
“Son instrumentos que usan músicos como Eduardo Betancourt. Víctor Huguet construye estas arpas y las envía a Colombia, porque resulta que aquí es difícil comprarlas: 650 dólares cuesta el paquete para armarlas”, comenta.
En síntesis, Fernando Guerrero defiende su aporte al conocimiento histórico del arpa venezolana: “se profundizaron cifras históricas, hay más mejoras, el libro tiene 398 páginas y fue impreso, nuevamente por Fundarte en la Imprenta Municipal”.
amhernandez@eluniversal.com
Cortesía de http://www.eluniversal.com/
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